Paradojas enormes
Rosaura Barahona
Periódico El Norte
Marzo, 2008
Feminismo y feministas en movimiento. Sus conquistas y desconquistas más allá de la teoría.
Por los que no tienen abuela
Por los que quieren seguir con sus amigos
Por los que se aguantan como los machos
Por los que son de carrera larga
Por los que se emocionan con la llegada de un nuevo amigo
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Yo me reí, naturalmente y acto seguido me quedé esperando el "inocente palomita" que me permitiera destrozar la malísima broma de la que estaba siendo víctima a través de los medios de comunicación. Pero no, no vino la carcajada delatora, ni el confortable "no te creas".
Esta medida para celebrar el DIA INTERNACIONAL DE LA MUJER que pretende acabar con la violencia doméstica, me parece una reverenda mamada. Me parece simplista y hasta cierto punto pendeja. ¿Por qué? Porque el hecho de seguir ciertas normas de urbanidad (que nada más favorecen a la mujer, desde luego, en el aspecto de comodidad), no va a evitar, entre otras cosas, que los hombres (y las mujeres mismas) sigan pensando que:
1. Es justo que ella se quede en la casa para atender a los niños mientras él trabaja.
2. La mujer debe encargarse mayoritariamente de cuidar a los niños, hacer el quehacer, atender al marido, trabaje ésta o no.
3. Que el güey tenga problemas con el manejo de la frustración y el enojo y descargue sus olas de violencia con su mujer (ya sea física o verbalmente)
Yo no tengo nada en contra del civismo, ni la amabilidad, ni nada por el estilo, pero no me van a decir que el hecho de que una mujer goce de tantos privilegios como no cargar cosas pesadas, o siempre encontrar un asiento nada más porque es mujer, no es inequidad de género. Y lo digo porque este manual parece regresarnos a épocas remotas donde, decían, a la mujer no se le tocaba ni con el pétalo de una rosa, pero también por eso mismo el hombre no era depositario de estas atenciones.
Me parece que radicalizar el comportamiento en "lo que un hombre debe hacer", nada más va a generar otro que diga "lo que una mujer debe hacer" y eso va a crear polos y roles de los que precisamente en nuestros días nos estamos quejando.
Justo como dice la titular del Instituto, pero el del estado: "deberíamos preguntarnos… ¿y esto qué implica para las mujeres, a qué las obliga?”.
En lo personal, yo pienso que metimos un gol... pero en la propia portería.